1 FA BLOQUE 03. ESTÁNDAR 05.1
Analiza la simbología de las deidades griegas.
CRONOS
Guardián del tiempo.
Titan del Olimpo.
Objetos: Guadaña y reloj de arena.
La existencia se mide en años. ¿Cuántos años ha vivido un mortal? ¿Cuál fue la fecha de construcción del Partenón? ¿Cuándo se formó el cosmos? El tiempo comienza al nacer, con la creación. Inevitablemente, todo llega a su fin.
Excepto, por supuesto, el tiempo.
Portador del reloj de la eternidad, rodeado de los signos del zodiaco, Cronos, el Guardián del Tiempo, cuenta cada momento del segundero sin intervenir con el impulso hacia adelante.
Si sabe quién, o cuándo, dio cuerda al reloj eterno. Cronos no lo dice; pero con el primer movimiento comenzó a existir. Entonces, el vacío era el océano, y su única acompañante era Ananke, reina del destino. Juntos, con sus poderes dividieron la inmensidad en el cielo y la tierra, y en mar y aire. A partir de ese momento, Cronos se convirtió en un observador, en el vigilante infinito.
Paciente como nadie, Cronos desconoce el significado de la palabra urgente. No teme al dolor, ni a la guerra, ni a la muerte, porque él mismo es el tiempo que sobrevivirá a todo. Por este motivo, su presencia en el campo de batalla es alarmante. La guerra entre dioses puede tener unas consecuencias que pongan en peligro hasta la existencia del tiempo. Quizá todos los dioses deban empezar a contar los segundos con el reloj eterno. Puede que no queden muchos.
ZEUS
Padre de todos los dioses.
Dios del trueno.
Objetos: corona, rayo, águila y cetro Égida
El padre de Zeus, el Titán Cronos, de inmediato se tragó a sus hijos después del nacimiento para que ninguno podía derrocar a como lo había hecho su padre. Cuando nació Zeus, Rea, madre de Zeus, escondió al niño de Cronos y dio al Titán una piedra envuelta pañales, que se tragó en su lugar. En secreto, Zeus creció en la isla de Creta hasta que él era viejo y lo suficientemente fuerte como para desafiar a su padre. Durante la batalla, Zeus cortó el estómago de Cronos, lo que permite a sus hermanos y hermanas anteriormente tragados poder escapar, matando a la Titan. Entonces, Zeus liberó a los Cíclopes y otros seres que su padre había mantenido en prisión. En agradecimiento, los Cíclopes otorgan control de Zeus sobre los rayos.
Con sus dos hermanos, Poseidón y Hades, los tres dioses dividieron sus soberanías. Poseidón se convirtió en rey del mar, Hades del inframundo, y Zeus del cielo. Desde su trono de oro en la cima del Monte Olimpo, Zeus ahora gobierna dioses y hombres con su esposa Hera, la defensa de la justicia, la hospitalidad, los juramentos, y la honestidad a todos bajo su dominio.
Principalmente, Zeus es casi famoso por varias infidelidades a su esposa, que han dado lugar a decenas de niños engendrado por otras mujeres, el más famoso de los cuales son Hércules, Artemisa y Atenea.
HERA
Diosa del matrimonio y de los nacimientos.
Objetos: diadema, cetro y pavo real.
Hera estaba celosa de que Zeus alumbrase a Atenea sin recurrir a ella, así que engendró a Hefesto sin él. Hera estuvo entonces disgustada con la fealdad de Hefesto y lo expulsó del Olimpo. Hefesto se vengó de Hera por haberlo rechazado haciendo un trono mágico para ella que, cuando se sentó, no la dejaba levantarse de él. Los demás dioses rogaron a Hefesto que volviese al Olimpo para liberarla pero este se negó repetidamente. Dioniso lo emborrachó y lo llevó de vuelta al Olimpo a lomos de una mula. Hefesto liberó a Hera tras recibir a Afrodita por esposa.
POSEIDÓN
Dios del mar.
Objetos: corona y tridente.
Muy por debajo de las mareas turbulentas del océano perdura un Dios de ira inactiva. ¿Cómo sería vivir para siempre en la sombra de su hermano? Para ser negado una y otra vez lo que uno desea, a pesar del poder de los mares iracundos a su disposición? Así Poseidón cavila sobre su trono en el fondo del océano.
Cuando era niño, Poseidón y su hermano, Hades, fueron consumidos por su padre, Cronos. Impotente para escapar, le tocó poderoso Zeus liberarlos y matar a su padre. Juntos, derrotaron al último de los Titanes y marcó el comienzo de una nueva era de la dominación de los dioses del Olimpo, pero su libertad, su vida misma, Zeus nunca dejaría que sus hermanos olvidaran que se la debían a éste. A pesar de que el cielo y el inframundo, y el mar se dividieron entre ellos, Zeus se colocó como rey de todo, y ¿qué iba a hacer Poseidón sino estar agradecidos que él hubiera sido librado de un destino en el vientre de su padre? Así que él se retiró a su nuevo reino y comenzó la búsqueda de la recolección de los fieles.
ATENEA
Dios de la sabiduría, de la victoria en la guerra, de Atenas y de las habilidades manuales.
Objetos: casco, lanza y lechuza.
En la guerra hay dos tipos de soldados; los que combaten por saciar su sed de sangre, y los que luchan por honor. Los primeros disfrutan con el sonido del acero y el olor a muerte; los segundos son conscientes de la sabiduría de la justicia, la bondad de la clemencia y del respeto a la vida. Cada tipo de guerrero adora a un dios distinto. Ares, dios de la guerra, disfruta con el derramamiento de sangre. Su hermana Atenea, diosa de la sabiduría, es patrona de aquellos que luchan con dignidad cuando no hay alternativa.
Hija favorita de Zeus, sabia como cien eruditos, como la balanza; Atenea, adorada con fervor, es el parangón de la virtud incorruptible. La adoración llega hasta tal punto que Atenas, la ciudad más importante del mundo, le debe su nombre. El campo está lleno de templos en su honor bajo el cuidado de sacerdotisas. Para Atenea la vida es algo hermoso que no debe desperdiciarse en frívolos combates. Por el contrario, el sanguinario Ares es denigrado por su padre y encadenado por sus súbditos.
Durante el asedio a Troya, Ares desobedeció a Zeus y combatió junto a los troyanos. Atenea se alzó para detenerlo, liderando a los griegos de forma indirecta y manteniendo el orden de las leyes divinas de forma directa. Suenfrentamiento alcanzó proporciones inimaginables, y solo finalizó cuando ares, malherido, abandonó el campo de batalla al ser derrotado por su hermana y rival. Sin Ares, el curso de la batalla cambió, y los héroes del ejército griego doblegaron troya.
En tiempos de guerra, se rezan plegarias a los dos dioses. A Ares por obtener una victoria sangrienta; a Atenea por honor, por valor y por la sabiduría de luchar con dignidad. No te equivoques, son tiempos de guerra y Ares ya ha respondido a la llamada de las armas. Atenea, protectora de la vida, combate a su pesar, porque es necesario, pero la diosa de la sabiduría sabe que el honor es para los vivos. Los muertos no lo necesitan.
AFRODITA
Diosa del amor, la belleza y la lujuria. Se la representaba desnuda.
Objetos: manzana, paloma y concha.
Existen pocas palabras que describan el resplandor, la magnificencia, la impar gloria de Afrodita, diosa de la belleza. Tan asombrosa es su visión que de una sola mirada puede provocar lágrimas, deseo, celos y amor. Aun así, bajo su perfecto exterior, se esconde un corazón lleno de inseguridad.
Tan poco atento como agraciado, Hefestos, su marido, hace que Afrodita se sienta sola y mezquina, y esta busco consuelo en los brazo de otros hombres como Ares, o reafirmarse compitiendo en concursos de belleza.
Durante una boda a la que asistieron todos los dioses, apareció una manzana dorada con la inscripción “para la más hermosa”. De inmediato, Afrodita, su madre Hera la hermana Atenea reclamaron la propiedad de la manzana. Zeus encomendó a Paris, príncipe de Troya, que eligiese a la vencedora. A cambio de ser nombrada la más hermosa, Afrodita ofreció a Paris cualquier mujer del mundo como esposa y este acepto, eligiendo a Helen y comenzando la historia de amor que daría lugar a la Guerra de Troya.
Ahora se vislumbra una nueva guerra, pero no entre hombres, sino entre dioses. Aunque el campo de batalla no es lugar para la más hermosa, Afrodita recuerda la destrucción entre griegos y los troyanos. Esta vez quizá su belleza sirva para poner fin a la guerra y no para iniciarla. Esta vez quizá descubra la belleza interior.
HEFESTO
Dios de los joyeros, los carpinteros y el fuego.
Objetos: martillo.
Hefesto era hijo de Hera. Hera lo concibió sola, celosa porque Zeus había dado a luz a Atenea.
Hefesto era bastante feo, y estaba lisiado y cojo. Al nacer, Hera lo vio tan feo que lo tiró del Olimpo y le provocó una cojera. Tanto es así, que caminaba con la ayuda de un palo. Hefesto cayó durante nueve días y nueve noches hasta el mar, donde, dos diosas del mar, lo recogieron y lo cuidaron en la isla de Lemnos, y allí creció hasta convertirse en un maestro artesano.
Tras haber fabricado tronos de oro para Zeus y otros dioses, Hefesto se vengó elaborando uno mágico de diamante5 que envió como regalo a Hera. Cuando ésta se sentó en él, quedó atrapada, incapaz de levantarse.
Los demás dioses rogaron a Hefesto que volviese al Olimpo y la liberase, pero él se negó, enfadado aún por haber sido expulsado. Intervino entonces Dioniso, quien emborrachó a Hefesto y lo llevó de vuelta al Olimpo a lomos de una mula. Hefesto, contrariado por la treta y dueño de la situación, impuso severas condiciones para liberar a Hera, una de las cuales fue contraer matrimonio con Afrodita.
DEMÉTER
Diosa de la agricultura y la fertilidad de la tierra.
Objetos: cornucopia, hoz y maíz.
Era hija de los titanes Crono y Rea, y por tanto hermana mayor de Zeus.
Según cuenta la leyenda, Deméter, le había enseñado a la humanidad entera acerca del arte de la agricultura… cómo sembrar las semillas, cómo arar, cómo recolectar el fruto cosechado, entre tantísimas tareas vinculadas a la labor.
Hades, secuestró a la hija de Deméter, Perséfone y la hizo su esposa. Mientras Deméter buscaba desesperadamente a su hija la tierra perdió su vigor y la vegetación murió. En tanto, Zeus, preocupado por esta situación, pidió a Hades que devuelva a Perséfone; y así lo hizo, aunque, antes le dio de comer unas seis semillas que la obligaban a regresar al inframundo cada seis meses. Una vez que Deméter y su hija se juntaron la vegetación volvió a crecer, sin embargo, cuando tras esos seis meses Perséfone debía regresar al inframundo, la tierra se volvía estéril. Esta situación abrió paso a las estaciones del año, siendo, entonces, Deméter su portadora absoluta.
ARES
Dios de la guerra.
Objetos: ropa militar, un escudo y una espada.
Temido por sus enemigos, denigrado por su padre, aclamado por la diosa de la belleza y adorado por sus guerreros. Ares, un alma solitaria y torturada, es el dios griego de la guerra sediento de sangre.
El pueblo no ama a Ares; representa todo lo que temen y desprecian: guerra, conflicto, caos y asesinato. Dicen que, cuando Ares sale al campo de batalla, el cielo se oscurece. Que monta un carro empujado por corceles que respiran fuego y que se recrea en el fragor de la batalla con el olor a sangre.
Ares tampoco es querido por su padre. Zeus tiene muchos hijos, pero solo dos con su mujer Hera. Sin embargo, el dios del trueno sospecha que Ares es producto de una infidelidad de su esposa, quizá como venganza por sus propias infidelidades. Por ello, Zeus le desprecia.
Ares tampoco es querido por su hermana. Tanto Atenea como Ares son dioses de la guerra. Ares representa la violencia, la fuerza y la masacre; Atenea es la personificación de la inteligencia, la estrategia y el liderazgo. Ares actúa con premura y deja un rastro de sangre; Atenea es considerada y respeta la vida. Más de una vez han estado en bandos opuestos. Cabe destacar la batalla de Troya, en la que, después de ser herido por Atenea, Ares tuvo que retirarse.
Ares es el amante de la diosa de la belleza. Aunque afrodita está casada con Hefesto, hermano de Ares, este hace suyo lo que desea y afrodita no pone impedimento alguno. Su descendencia es casi tan terrible como el propio Ares: Fobos y Deimos, miedo y terror.
Los espartanos son los únicos que quieren a Ares; adoran al dios por su vigor, su incompasivo espíritu guerrero y su tenacidad cuando todo está en su contra. Sin embargo, los espartanos son conscientes de la furia impredecible de su patrón, y encadenan sus estatuas. Lo hacen, en parte, para que el espíritu victorioso de Ares no huya de Esparta y para, en vano, contener al dios de la guerra
APOLO
Dios de la música, las artes, la luz, la medicina y la belleza masculina.
Objetos: arco, flechas, corona de laurel y la lira.
No hay quien no sienta admiración por Apolo, dios de la música. Es atrevido, desenfadado y valeroso y tiene el poder de dar esperanza a los desesperados y de cambiar el curso de la batalla con una sola flecha. Soldados, madres, reyes, emperadores e incluso dioses cantan melodías en su honor; y él, mientras disfruta de tanta adoración, brilla victorioso.
Ni siquiera Hera, reina de los dioses, que desafió su propio nacimiento y envió a la serpiente Pylos para que matase a Apolo, a su hermana melliza Artemis y a Leto, su madre, pudo negarle la victoria. Con solo cuatro días de vida, Apolo, con su legendario arco, mató a la serpiente Gaia y derrotó a Hera.
En su humilde juventud Apolo se dedicó al pastoreo. El embaucador dios Hermes robó parte del ganado de Apolo y lo llevó a una cueva cercana. Con el caparazón de una tortuga y el intestino de una vaca creó su primera lira. Años después, Hermes enviaría a su hijo Pan a desafiar a Apolo en un concurso musical, pero Apolo venció sin problemas al sátiro gracias a su virtuosismo con la lira.
A la vez que Apolo se iba ganando el lugar que le correspondía entre los dioses, sus victorias se iban acumulando y los fieles cada vez entonaban más canciones en su honor. Ahora claman para que Apolo salga al campo de batalla en el que se enfrentan los dioses. Y él, que no quiere defraudar a su público, se prepara para un último espectáculo.
ARTEMISA
Diosa de la caza, las mujeres solteras y la luna. Se la representaba con una media luna en la frente.
Objetos: arco.
Armada con un arco mágico, Artemisa es la diosa de la caza sin igual.
Hija de Zeus y Leta, Artemisa y su hermano gemelo Apolo son producto de la infidelidad de Zeus a su esposa Hera. Humillada, Hera maldijo a Leta mientras estaba embarazada, prohibiéndole a dar a luz en tierra o mar. Afortunadamente, se encontró con una isla que no tocaba el fondo del océano, por lo que no era ni la tierra ni el mar, y ahí dio a luz a sus hijos. Artemisa nació primero, y luego milagrosamente nació su hermano.
Artemisa pasó su infancia en las colinas y los bosques, entrenando con su arco y sus bestias de caza. A medida que crecía se hacía más bella, creció orgullosa y menospreciada por aquellos que afirmaban ser mejores cazadores que ella. Adonis presumía de ser mejor que ella y Artemisa envió un jabalí para darle un escarmiento. Los Otos y Efialtes semidioses gemelos, que no podían ser asesinados excepto uno por el otro, amenazaron con secuestrar a Artemisa y obligarla a casarse con uno de ellos, pero fueron engañados cuando Artemisa, transformada en cierva, se precipitó entre ellos. A medida que se metió por sus lanzas, se empalaron uno al otro. Por último, Acteón, después de espiar a Artemisa mientras se bañaba, ella lo descubrió, y mandó a sus perros de caza devorarlo.
Su nombre es invocado por los cazadores en busca de presas y por matronas durante el parto. Los sacrificios se hacen en su nombre antes de una nueva campaña militar. Las adolescentes son enviadas para servir durante un año a su altar. Hermosa, letal, y casta, Artemisa es una mujer centrada y una guerrera temible.
HERMES
Mensajero de los dioses, dios de los viajeros, los ladrones y los mercaderes.
Objetos: botas aladas, casco y caduceo.
Hermes era hijo de Zeus y de la ninfa Maia, hija de Atlas. Tenía múltiples funciones, pues era mensajero de su padre, guía de las almas de los muertos en el Averno, símbolo de la prosperidad entre los humanos y protector de los viajeros, los mercaderes y los ladrones. Era ingenioso, diestro y astuto, como un joven sin problemas a la hora de gastar bromas o mentir sin que le descubriesen. Su aspecto era el de un joven atractivo con un sobrero alado y unas sandalias también aladas que le daban una extraordinaria movilidad. En su mano llevaba una vara que le servía para hacer magia o para hipnotizar a la gente.
DIONISO
Dios del vino y la fertilidad.
Objetos: corona de hojas de vid y pámpanos.
HADES
Dios del inframundo.
Objetos: casco que le hace invisible y cancerbero.
Inevitablemente, la muerte envía a todo el mundo hacia Hades, dios del inframundo. Al final, siempre se sale con la suya.
Hijo mayor de los titanes Chronos y Rhea, de pequeño, Hades fue devorado por su padre junto a otros cinco hermanos. Zeus, el más pequeño, logró escapar y liberó a sus hermanos cuando tuvo la edad suficiente para enfrentarse a Chronos. Juntos los seis hermanos derrotaron a los titanes y los expulsaron al oscuro reino Tártaro. Ahora, los dioses regentes, Zeus, Poseidón y Hades, controlan el inframundo.
Los pocos que han regresado del inframundo echan pestes del lugar y no quieren volver. Aun así, rara es la vez que Hades abandona el reino subterráneo, y siempre ansía aumentar la cantidad de muertos.
Cuando quiso una esposa, secuestró a la radiante Perséfone, hija de la diosa Deméter. Confinada en el inframundo donde nadie podía llegar a ella. Deméter hizo caer la maldición del hambre sobre el reino. El resto de dioses le rogaron que pusiese fin a la maldición o acabaría con la humanidad, pero solo lo haría si regresaba su hija. Por fin, Hades dejó marchar a Perséfone no sin antes darle una granada. Al comer la fruta, Perséfone quedó unida para siempre a Hades y tenía que volver a ver a su marido una vez al año para comer la fruta. Este es un tiempo de luto y el motivo del invierno.
Aunque muchos temen la muerte y la ven como algo malo, la realidad es que Hades solo desea mantener el equilibrio. Como dios de la muerte y del inframundo, considera que tiene autoridad absoluta en la materia, no permite a nadie abandonar su reino y se enfurece cuando alguien le desobedece, o cuando intenta burlar a la muerte o robarle.
Para todo el mundo, rendir cuentas a Hades y morir son cosas inevitables. Incluso para los dioses.
TÁNATOS
Mano de la muerte.
Objetos: Guadaña.
Inevitablemente, todos los mortales deben morir. Se aferran a la vida con desesperación, la muerte es algo frío y desconocido lleno de incertidumbre y sombrío, Finalidad eterna. Algunos aceptan el destino con gracia, otros se arrastran, pataleando y gritando, aunque a decir verdad, ningún mortal podría ir al Hades voluntariamente. Son atrapados por el terrorífico dios de la muerte, cuyo semblante sombrío contradice extrañamente la satisfacción alegre que siente al realizar su trabajo. Tánatos es la cara de la Muerte.
Sin embardo, para Tánatos los mortales son presa fácil pues el final de éstos ya está decidido cosechándolos cómo un pasatiempo, al contrario que un dios un ser más allá de la mortalidad, ahora hay una criatura suelta, Tánatos, anhelando con ojos codiciosos. Él Desprecia la inmortalidad que otros Dioses codician. Para él, es una perversión y un desafío de su propio propósito.
Pero, ¿puede un Dios verdaderamente morir? A medida que el choque cielos y derrames de sangre inmortales en la Tierra, Tánatos hambre para averiguarlo. La guerra es sino el preámbulo de la muerte, un campo de batalla de las almas alquiler de sus cuerpos, con indiferencia la espera de ser adoptado por el Dios de la Muerte. Una guerra entre los dioses, una guerra de esta magnitud sólo puede significar una cosa. Tánatos está a punto de ser muy, muy ocupado.
ARACNE
La tejedora.
Objetos: Sus patas.
En el pasado, Aracne era una hermosa y destacada tejedora de telas y tejidos, pero un único y orgulloso error la convirtió en un mounstro para siempre.
Hilo en mano, no había nadie con más destreza que la mortal Aracne, y las gentes recorrían leguas para ver sus creaciones. Tan majestuosos y sombrosos eran sus tapices que la hilandera aprendió de la mismísima Atenea, diosa de las tejedoras. Ante la comparación, Aracne alardeaba y decía que ni los dioses tejían tan bien como ella.
Cuando esto llego a oídos de Atenea, esa se disfrazó de anciana y fue a a ver a Aracne para intentar que mostrase el debido respeto a los dioses. Aracne ignoro a la anciana y se jacto de que ningún dios, ni siquiera Atenea, podía tejer mejor que ella. Furiosa, Atenea descubrió su identidad y acepto el desafío.
Ambas comenzaron a hilar con fervor, Atenea tejió un tapiz deslumbrante lleno de detalles que representaba su batalla con Poseidón por el control de Atenas. El tapiz de Aracne representaba las múltiples infidelidades de Zeus con mortales. Su creación era tan perfecta y real que Atenea no pudo negar su talento ni contener su rabia ante tanta destreza. Con violencia, rompió el tapiz de Aracne y puso un dedo sobre la frente de la tejedora. Retorciéndose de dolor, Aracne cayó al suelo. De su cuerpo empezaron a salir más patas mientras se se transformaba en la primera araña.Fue un acto de odio y compasión, una lección y una maldición, ya que no hay mejores tejedoras que las arañas, y Aracne tendría que tejer durante toda la eternidad. Pero nadie podría dudar de las consecuencias que tuvo su orgullo. Aun así, dentro de su retorcido corazón, Aracne no ha perdonado a Atenea y vive consumida por un odio oscuro que solo la destrucción de los dioses puede saciar.
MEDUSA
La Gorgona.
Objetos: Mascara de porcelana y serpientes en vez de pelo.
Todos los monstruos son espantosos y terribles, pero algunos son peores que otros. Sólo hay una cuyo cabello está hecho de serpientes, la única con piel de escamas, y solo una cuya mirada puede convertir al hombre, bestia o Dios en piedra. Medusa, la Gorgona.
Historias afirman que una vez fue hermosa. Sacerdotisa de Atenea. Leal y devota en acción, pero Poseidón estaba decidido a hacerla suya. Fue su características más hermosa, su pelo dorado, lo que atrajo al dios del mar. Medusa, una doncella mortal, no pudo rechazar.
Cuando Atenea se enteró de la traición de Medusa, la castigó. Esa característica tan hermosa fue horriblemente forjada y los rizos de oro trenzados con víboras silbantes. Cualquier persona que le mirará a los ojos se convertía en piedra, una estatua para toda la vida.
Medusa huyó asustada, avergonzada y furiosa. Durante años se escondió del mundo, cuidando su odio por todo, anhelando su belleza sin tener ninguna, sin ver a nadie, hasta que se convirtió en el monstruo que parecía ser.
Ahora ella se desliza hacia el campo de batalla. Esos rasgos ocultos detrás de una cruel máscara de perfecta porcelana, ojos ardiendo desde el fondo. Todo lo que ella percibe, todo lo que es maravilloso en este mundo, busca destruirlo. Tal vez entonces ella será el monstruo más bello de todos.
Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo.
Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo.
NÉMESIS
Diosa de la venganza.
Objetos: Espada, alas y balanza.
Lleno de arrogancia y orgullo, los griegos tienen una palabra para ello: hibris. Es un crimen contra los dioses y la humanidad, pero muchos lo cometen con impunidad: Incluso el poderoso Zeus es culpable. Pero cuando se trata de castigar, incluso el Dios del trueno tiembla ante Némesis, el filo rojo del Castigo Divino.
Evoca al relato de Narcissus, centrado en su propia belleza. Presumía de su rostro con orgullo, para detrimento de todos. Hasta que al final se topó con un estanque de tonalidad cristalina donde su propio reflejo lo cautivó. Contempló su imagen durante tanto tiempo que el hambre le arrebató la vida. De este modo, Némesis responde a hibris. Es una consecuencia a la altura del crimen.
Ahora, he aquí la tierra devastada por la guerra, asediada por la ira de los lascivos dioses que llenan el aire con sangre y se jactan de ello. Este campo de batalla está manchado de hibris. Sin darse cuenta, estos guerreros insensatos han convocado a su mayor adversario. ¡Némesis ha llegado!
Las acciones imprudentes ya no tendrán éxito, las grandes cantidades de dinero no acabarán en manos equivocadas, no se contarán falsas leyendas. Némesis desatará una ola de represalias. El castigo por el crimen del hibris es la muerte.
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